¿Te gustaría tenerte en cuenta cuando quieres tomar decisiones para ti? ¿Quieres sentir la importancia de cuidarse y de quererse para poder querer a los demás?

Estos planteamientos pueden parecer evidentes, pero habitualmente nos olvidamos de nuestras necesidades y buscamos reconfortar a los demás.

¿Cuándo fue la última vez que pensaste “Me apetece mucho … “ y luego lo dejaste porque creías que tampoco era para tanto, y que tu padre/novia/amigo/jefe tendría una idea diferente de lo que debías hacer?

Amarse comienza por respetarse, o al revés. Están tan entrelazados, que se pierde el comienzo y fin de un verbo u el otro. Cuando respeto mis ideas, mis pensamientos, mis valores, me estoy amando profundamente. Cuando me quiero y me valoro, respeto mis valores, no les dejo ir, soy coherente con ellos.

Estarás diciendo “Ya Carmen, pero no es tan fácil”. Lo entiendo. A mi me pasa. Sé quien soy, sé lo que quiero, y tengo unos valores muy sólidos que intento respetarlos cada día. Pero hay momentos que es complicado hacerlo. ¿Por qué? Porque tienes una familia, porque no tienes la cantidad de dinero necesaria para hacer eso que deseas, porque tu pareja es muy importante para ti y crees que eso podría perjudicarle.

Bien, pues tengo una buena noticia para ti: Pensar desde el corazón te va a ayudar a encontrar alternativas para respetarte y amarte, sin perjudicar a tu entorno, sin quedarte en la ruina …

¿CÓMO CONSIGO RESPETARME Y QUERERME A PESAR DE QUE HAYA OBSTÁCULOS PARA CONSEGUIR MIS DESEOS?

Lo primero de todo es tener claro cuales son nuestros pilares, aquellas cosas a las que jamás renunciaríamos. O recordar a las que hemos renunciado y recuperarlas.

Una vez hecho este trabajo, un trabajo de valores importante, vamos a plantearnos nuestro más preciado objetivo. Qué es aquello que más queremos conseguir para sentir que nos respetamos y amamos. Puede ser “Dedicarnos a lo que nos hace feliz”, “Viajar a la India” o “Tener un hijo”. Lo que sea. Que el objetivo este claro, declarado sin miedo, sin tapujos, sin presiones.

Es el momento de ser sincero y honesto con uno mismo, no dejarnos para después, darnos prioridad.

Después de tener delante lo que queremos conseguir nos toca valorar el camino que tenemos que recorrer. ¡Da vértigo! Pero ¿Y cómo te sentirás el día que lo consigas? ¿Qué sentirás? ¿Qué verás? ¿Qué olores habrá? … Visualízalo. La motivación se mantendrá si eres fiel a ti mismo. Solo así.

Yo he dejado de ser fiel a mi misma en multitud de ocasiones. Tras casi 7 años caminando en dirección a mi sueño, me he dejado atrás, me he dejado para después, muchísimas veces. Y me he dado cuenta de algo que parece evidente, pero que no lo es. Los sueños cuestan. Los objetivos, cuanto más grandes, más miedo dan. Pero que si te paras a pensar en el día que lo consigas … merece la pena el esfuerzo. Y te lo digo sentada en el salón de mi casa, un domingo a las 11:56 de la mañana, con ganas de tirarme en el sofá y descansar. Pero ya no. Mi mente no quiere, ha aceptado que para conseguir dedicarme a ayudar a las personas, primero tengo que ser coherente. El esfuerzo merece la pena.

Los obstáculos no desaparecen, las excusas que te pones cada día sí lo pueden hacer.

¿Falta de dinero? Trabaja, de lo que sea. ¿No puedes concebir? Adopta. ¿Mi trabajo no me permite dedicarme a lo que quiero? Busca uno de menos horas y reparte tu tiempo.

Acepta tus propias condiciones, no abandones, respira, haz meditación, haz deporte, sonríe, busca el lado positivo, llora, enfádate, reponte… Apasiónate, habla de lo que quieres conseguir, ponte mini metas para alcanzarlo.

Para empezar a amarte y respetarte toma tus propias decisiones.

Equivócate y aprende. ¿Escribes? Deja de enseñárselo a todos para que te den su aprobación. ¿Cocinas? Apuesta por lo que a ti te gusta, se espontáneo. ¿Viajas? Haz tu propia hoja de ruta e invita a vivir la experiencia a tu pareja.

Se independiente, libre, espontáneo. Ríete de ti mismo, y si no te haces gracia, HAZ ALGO. Quejarse es el veneno de la felicidad. No ayuda y además … te acaba matando.

*Para cualquiera de estas cosas, si necesitas ayuda de un profesional, no dudes en contactar conmigo.