Cómo desarrollar hábitos para tu crecimiento personal

Durante un par de meses he estado escribiendo post que el SEO y los algoritmos quisieran. He sentido que eran post demasiado impersonales y yo no soy así. Necesito transmitir el sentir de lo que siento, mi punto de vista, mi opinión y mi experiencia. Así que hoy vengo a contarte aquí cómo desarrollar hábitos para tu crecimiento personal pero no será un post de esos que te dan cuatro claves dejándote un sentimiento de «ojalá pudiera hacerlo, necesito hacerlo así», he intentado que sea algo útil, que puedas poner en práctica cuanto antes. Aquí te cuento lo que yo he vivido, y lo que me sirve. También te cuento las razones por las que me cuesta incorporar algunos hábitos y espero que esto te ayude a comprenderte un poquito más a ti también. ¡Vamos a por ello!

¿Qué son los hábitos para tu crecimiento personal?

Para mi los hábitos que te ayudan en tu crecimiento personal son una de las muchas acciones que son favorables para tu cuerpo, mente y emociones y que te acompañan a sentirte mejor. Normalmente tenemos hábitos, pero no siempre son los que más ayudan a ese desarrollo.

Por ejemplo, yo cuando estoy trabajando y me toca hacer algo que no me gusta tengo el hábito de buscar un entretenimiento rápido que me de esa satisfacción inmediata. ¿Se te ocurre que puede ser? Soy carne de cañón para redes sociales o sus amigos Netflix, HBO, etc. Como supongo que te puede pasar a ti.

El cerebro está acostumbrado a buscar ese tipo de camino conocido y fácil para conseguir un resultado. ¡ Y joder, qué difícil es convencerle de que hay otros que son mejores!

Y ojo, que no es porque yo crea que las redes o el entretenimiento sean el diablo, es que la valoración sobre si un hábito es «bueno o malo» es personal. Cuando te plantees si es momento de cambiar las cosas primero de todo hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Hacer lo que hago es bueno o malo PARA MI? ¿Me resta o me suma? ¿Cómo me hace sentir en el momento de hacerlo? ¿Y después? ¿Es bueno para mi AHORA?
  • Y la respuesta irá de la mano de: Según qué dirección quieres que lleve tu vida. Si el hábito que tienes te resta recursos o te retrasa o te desvía del lugar al que quieres llegar … ¿Entonces? La respuesta la tienes clara.

Desarrollar hábitos para tu crecimiento personal es una manera de simplificar el hecho de que tu cerebro precisa entrenar habilidades a las que no está acostumbrado, y los llamamos hábitos porque así nos resuena más, pero en el fondo es que poco a poco, logremos tomar otro camino diferente del que normalmente cogemos.

¿Por qué resulta tan difícil dejar los hábitos que restan?

Has estado haciendo toda tu vida lo mismo, buscando cubrir una necesidad concreta de esa manera. Tu cerebro está habituado y es la respuesta más rápida y eficaz que conoce. Nuestro sistema lo que quiere es ahorrarnos tiempo. Hacer otra cosa diferente es costoso, necesitamos más recursos y no sabemos cual es el resultado.

También están otras variables, entre ellas el entorno, las personas con las que te relacionas, con quién convives y aquí entra en juego un concepto que para mi es fundamental para dejar hábitos que restan y añadir los que nos suman: LA ATENCIÓN.

Si la pones a tu servicio, con ella puedes conseguir darte cuenta cuando estás otra vez en la misma dinámica de siempre (hábito que resta) y poder reajustar la decisión en ese momento para seguir practicando lo nuevo.

Obvio que sea difícil cambiar un hábito. Por eso yo tengo una clave fundamental ante esto y que he aprendido y vivido a lo largo de mi experiencia profesional. Hoy lo quiero compartir contigo para que por fin lo entiendas y sepas cómo ayudarte mejor para lograr cambiar esos hábitos.

¿Qué hay detrás de un hábito?

Detrás de un hábito, sea cual sea, hay una necesidad queriendo ser cubierta. A veces es fácil encontrarla, y otras es más complicado, porque se esconde tras razones secundarias.

Obsérvate en el día a día. Repásalo un segundo. ¿Qué hace que todos los días te levantes y hagas lo que haces? Es muy interesante la pregunta que empieza con el para qué. Si te animas a hacer el ejercicio te recomiendo que lo utilices de la siguiente manera.

El ejercicio de los tres para qué.

Cuando quieras saber cual es el motivo por el que no consigues dejar un mal hábito, o por el contrario, cómo conseguiste integrar uno que te gusta, te recomiendo que hagas este ejercicio. Hazte mínimo una cadena de tres preguntas que empiecen con un para qué y sigan literalmente con lo anterior.

Así llegarás a la necesidad última que estás queriendo cubrir con ese hábito. Te pongo un ejemplo personal de un hábito que yo etiqueto ahora mismo en mi vida de «malo», es el siguiente: cada vez que algo me da pereza mientras estoy trabajando cojo el móvil y miro Instagram (y me quedo ahí haciendo scroll mirando reels mucho más tiempo del que me gustaría). Para encontrar cual es la necesidad real que estoy intentando cubrir con este mal hábito hago lo siguiente:

1ª) ¿Para qué cada vez que algo me da pereza trabajando, cojo el móvil y miro Instagram? Para entretenerme y no tener que continuar con lo que estoy haciendo. (Si me quedo aquí no llego al foco real del asunto. Observa.)

2ª) ¿Para qué quiero entretenerme y no tener que continuar con lo que estoy haciendo? Para no esforzarme en ello. Si me quedo aquí seguiría siendo superficial, podría ser una necesidad de entretenerme, ok, pero si hacemos una pregunta más igual encontramos algo nuevo.

3ª) ¿Para qué no quieres esforzarte en ello? Para … (aquí me cuesta encontrar respuesta, aunque tengo identificado el sentir, así que me hago esta otra pregunta… ¿Qué es lo que te cuesta de esforzarte? Y por fin sale: No quiero pagar el precio (el que sea) por hacerlo. Aparto la responsabilidad que supone el esforzarse para conseguir algo (como cuando un niño dice «jooo noooo, es que no quiero hacerlooooo» porque le cuesta mucho).

Este es el para qué de estar continuamente mirando Instagram cuando empiezo a «aburrirme». De alguna manera significa estar llegando a un punto que me cuesta más y no quiero hacerlo. Actitud infantil (estructura aprendida desde muy pequeña en la que quizá, cuando algo me costaba más de la cuenta mi entorno me facilitaba demasiado la vida). Ahora soy adulta por lo que si quiero algo tengo que trascender el esfuerzo, y si no, pues seguiré como hasta ahora (spoiler, no es lo que quiero, quiero otras cosas, de ahí que el resultado de lo que hago hoy lo quiera cambiar).

¿Qué estás buscando con la incorporación de este hábito en tu vida?

Esta es otra gran pregunta que te tendrías que hacer cuando quieras introducir un hábito en tu vida. Bien sea deporte, una buena alimentación, tener relaciones más profundas, ordenar tu casa, etc. Lo que sea que quieras, antes de ponerte con el tema de la ejecución y querer meterlo con calzador en tu vida, revisa el para qué de este nuevo hábito. 

También reflexiona en cuanto a lo que vas a tener que renunciar al principio y que tanto te va a costar. Eso es así. Si yo quiero introducir en mi vida el hábito de irme a la cama la mayoría de los días a las 21.30 de la noche primero tengo que tener claro mi para qué, y luego a qué voy a renunciar. ¿Estas dispuesta? ¿Qué vas a hacer cuando «el diablo llame a tu puerta»? ¿Cómo crees que puedes hacerlo de manera continuada durante un mes? ¿Qué se va a tener que mover en tu vida para que puedas introducir este nuevo hábito?

En conclusión, si te estás planteando integrar un nuevo hábito en tu vida y quieres hacerlo de una manera sólida te recomiendo que te centres en encontrar primero el para qué quieres hacerlo (un para qué que llegue hasta el final) y que posteriormente, te hagas preguntas que te den información útil para que este reto se convierta en algo más fácil de conseguir. 

Un abrazo,

Carmen.

P.D. 1 Si necesitas que te ayude a descubrir un poco más sobre tus malos hábitos, te recomiendo que solicites Sesión de Valoración aquí  QUIERO UNA SESIÓN  Esta sesión es de 30 minutos, gratuita y sin compromiso, en la que charlaremos sobre cómo podría ayudarte. Te quiero asegurar una cosa, y es que tu deseo es mejorar y encontrar nuevas estrategias personales, de la única manera que podrás hacerlo es primero conociéndote y comprendiendo tus razones, las que te han llevado hasta aquí. ¡Te veo dentro!

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