Las personas somos lo que nos creemos que somos. Confiar en nuestras propias capacidades hace que avancemos en nuestra vida y lo hagamos con determinación y con compasión. En ese constante cambio y evolución, y para poder adaptarnos y crecer como individuos, a veces necesitamos recordarnos la importancia de la autoconfianza. El desarrollo de la autoconfianza es uno de los pilares fundamentales para exprimir la vida al máximo y lograr que nuestro día a día se acerca cada vez más al lugar al que queremos llegar. En este post, te voy a explicar en qué consiste la autoconfianza, por qué es importante desarrollarla y cómo lograr un nivel saludable de seguridad para alcanzar nuestras metas. A través de varias claves te mostraré como es posible empezar a sentirte más confiada en tu propia piel.
¿Qué es la autoconfianza?
La autoconfianza hace referencia a la confianza de nuestras propias habilidades. En este sentido, la autoconfianza tiene que ver con la creencia de «ser capaz» de lograr lo que te has planteado, de satisfacer tus propias necesidades o exigencias de tu alrededor. La autoconfianza es un estado mental que requiere un esfuerzo considerable para mantenerse cuando las cosas se ponen difíciles. cuando la practicas puedes obtener grandes resultados.
La confianza en uno mismo es el resultado de un proceso de desarrollo, es decir, nadie nace con mucha o poca confianza, sino que está determinada por lo que ocurrió en nuestro pasado, las experiencias vividas y lo que hemos aprendido de ellas. También tiene que ver las circunstancias de nuestro presente, de cómo nos vemos hoy, de los retos que se presentan ante nosotras y el entorno en el que vivimos. Y las expectativas que tenemos de nuestro futuro, a dónde queremos llegar, cuáles son los retos que queremos conseguir y qué tipo de personas queremos ser.
En definitiva, la autoconfianza es «cómo de bien creemos que podemos hacer algo». Y si tu creencia es que «no puedo» o «no voy a ser capaz», te puedo asegurar, por experiencia propia, que no lo serás.
¿Por qué es importante desarrollar la autoconfianza?
El desarrollo de la autoconfianza es esencial, te ofrece grandes oportunidades de aprendizaje, aquí te muestro varias cosas que he sacado en conclusión después de varios años trabajando mi propia autoconfianza:
- El paso previo a la confianza en uno mismo, es sentir una sincera comprensión y aceptación por una misma. Sin esta compasión previa, es muy complicado llegar a confiar y a quererse a uno mismo de una manera pura y sin condiciones.
- Es esencial para la toma de decisiones. Confiar en uno mismo, contribuye a tomar decisiones con criterio y sin dudar.
- La confianza en uno mismo es básica para las habilidades sociales. Cuando te relacionas desde esa confianza, no tiendes a juzgarte ni a pensar que los demás harán lo mismo. Simplemente te permites SER sin tapujos.
- La autoconfianza nos permite sacar partido de nuestras propias habilidades. Cuanto más creo que puedo hacer (y menos miedo tengo de equivocarme) más lejos llego. Se evita así la profecía auto-cumplida de cómo creo que no sé hacerlo, me esfuerzo menos, y claro, no lo consigo. Por lo que aumenta la creencia de que no puedo.
¿En qué aspectos se sostiene una buena autoconfianza?
Como te comentaba anteriormente, la autoconfianza es confiar en los propios recursos, capacidad, habilidades y juicios. Tener autoconfianza va de tener seguridad personal a la hora de hacer las cosas, sentir que contamos con las competencias y atributos que nos ayudan a tomar decisiones. La experiencia de hacer las cosas bien y el hecho de sentirnos independientes son algunos de los factores que nos ayuda a tener autoconfianza.
A veces se confunde la autoestima con la autoconfianza, pero hay diferencias fundamentales. La autoestima está enfocada a hacernos sentir bien con nosotras mismas, a protegernos, amarnos y respetarnos. En cambio, la autoconfianza tiene el objetivo de potenciar esa creencia en nosotras mismas, así como el de ayudarnos a tomar decisiones y a conseguir aquello que nos proponemos.
Existen 4 pilares sobre los que ha escrito Stephen M.R. Covey en su libro «La velocidad de la confianza» que a mi me parecen muy acertados para comprender bien sobre qué se construye la confianza en uno mismo (y por ello es más fácil generarla en los demás también):
- Integridad: Ser congruente, poseer el coraje para actuar según tus valores y creencias. Ser honesto, cumplir lo que se promete y ser humilde, son actitudes que sustentan este pilar. Para desarrollarla puedes establecer compromisos contigo misma y cumplirlos, definir tu misión en la vida, y mostrarte abierta a lo que venga.
- Intención: Las motivaciones, las prioridades y nuestra conducta para buscar el beneficio mutuo, actuando por el bien de los demás. Para ello puedes hacer algo muy útil y simple a la vez: comportarte como la persona que quieres ser. Ni más ni menos.
- Capacidades: Los talentos, las actitudes, los conocimientos y el estilo de ser. Para ellos es importante saber hacia donde vas y aprovechar tus puntos fuertes.
- Resultados: Esto es el rendimiento de todo lo anterior, lo que consigues hacer. Para entrenar la consecución de tus resultados es vital asumir la responsabilidad de lo que ocurre en tu vida, esperar ganar y mantener la fuerza (por pequeñísima que sea) hasta el final.
Siete claves para desarrollar tu autoconfianza
Has podido observar que hay variables en nosotros a las que debemos prestar atención para construir nuestra autoconfianza, y por ello te te doy estas siete claves para fortalecer tu autoconfianza y que poco a poco puedas ir sintiéndote más cómoda en tu propia piel y crezcas en todos los sentidos.
Obsérvate
Algo que he visto claramente en mi crecimiento como persona adulta es que cuanto más te exploras y te cuestionas, más te comprendes. Es muy importante ser capaz de ver cuales son los motivos por los que actúas como actúas o piensas como piensas. La mayoría de nuestros comportamientos se dan así porque un día nos sirvieron para afrontar una situación, la que fuera. A veces con más o menos recursos, lo hicimos lo mejor que supimos. Hoy ya no queremos solucionar ese tipo de situaciones así, si no que queremos mejorar y hacerlo de otra manera. Cuando puedes ver cómo es tu mecanismo automático, es mucho más sencillo ir cambiándolo.
Fíjate en las excepciones
Las personas con baja autoconfianza, suelen aplicar el sesgo por confirmación, que no es más que la tendencia que tenemos a quedarnos con aquellos datos que confirman nuestras creencias, antes que con los que la contradicen. Si creemos que no somos hábiles en la cocina, y un día hacemos unas lentejas que se nos queman, tendemos a pensar «ves, es que no sé cocinar». Lo que te propongo es que dirijas la atención en aquel caldo que siempre te sale tan bien o en el plato que probaste el otro día nuevo y que fue un 7 sobre 10. Fíjate en la excepción para ver que no es un sí o sí, que no sólo es camino de un sentido si no que hay hitos que ponen en duda lo que tan fuertemente te has creído.
Mantén una mirada objetiva
Normalmente distorsionamos la realidad por todos esos filtros que nos hemos puesto. Juzgamos, valoramos, y creemos a pies juntillas aspectos de la vida que son neutros, ni negativos, ni positivos, ni bien, ni mal, ni bonito ni feo. Son ellos en sí mismos. Y no controlamos todo lo que pasa. Por eso es esencial hacerse preguntas que apunten a la objetividad. ¿Cuánto te has preparado para este reto? ¿Con qué recursos cuentas hoy? Si esto fuera un atestado policial, ¿Qué hechos serían los que han ocurrido vistos por un observador externo?
Cuida cómo te hablas
Esto no quiere decir que te digas mensajes positivos delante del espejo. No sirve nada, al menos a largo plazo. Lo que te puede valer es ser cada día más consciente del tono que utilizas contigo misma. Que tu discurso sea lo más ajustado a la realidad y constructivo, que se parezca al que utilizas con personas que quieres. Si te paras a pensar, normalmente suele estar basado en buenas palabras, amables, validando y motivando.
Practica tus habilidades
La autoconfianza es la confianza en tus propias capacidades. Cuanto más practiques más conocerás sobre ellas qué ya tienes y qué necesites mejorar. Cuando te pones a aprender lo que necesitas mejorar, ganas en seguridad. A mi me ha pasado, yo ahora suelo salir a correr para prepararme una media maratón. Al principio miraba el reloj cada 3 minutos, ahora a los 25. Me siento muy orgullosa de mi misma y he visto que la practica ha hecho que mi capacidad mejore.
Ponte retos
Afrontar pequeños desafíos asumibles que puedes ir aumentando y desarrollando a medida que creces es una de las maneras más eficaces de hacer crecer tu autoconfianza. Se trata de tener hechos objetivos con los que ir midiendo tu autoeficacia. No tienes que creer que eres capaz, es que lo puedes ver porque estás mejorando. Es así de simple.
Acepta los «fracasos»
Comprender que no tienes el control de todo y que las cosas pueden salir diferente a como habías planeado es importantísimo para no sentirte derrotada si fracasas. El fracaso simplemente es parte de la vida, como la imperfección y los obstáculos. Es algo así como darte permiso para cometer errores, y aprender de ellos.
En resumen, la autoconfianza es una habilidad que se practica día a día, dándonos la posibilidad de crecer y desarrollarnos como individuos, generando nuevas oportunidades en la vida. Hay aspectos que debemos aprender de nuevo, generar nuevas maneras de hablarnos y de observarnos. Y por último, se hace imprescindible dar pasos que nos lleven a descubrir otras versiones de nosotras mismas que hasta ahora no habíamos permitido que emergieran.
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