La preocupación constante y los pensamientos negativos se convierten, a veces, en un patrón de pensamiento que se caracteriza principalmente por no parar de darle vueltas a una misma idea sin parar. Es una forma de pensamiento que se caracteriza por ser circular y no productivo. Se diferencia de la resolución de problemas constructiva en que no busca soluciones prácticas, sino que se enfoca en analizar y revisar constantemente los mismos pensamientos y preocupaciones. En este post te voy a ayudar a identificar este patrón de preocupación constante y comprenderlo. Por otro lado te daré estrategias que te ayudarán a alcanzar la tranquilidad mental que necesitas para tu bienestar emocional.
¿Estás atrapado/a en un bucle de pensamientos?
Saber si estás metido en el bucle de pensamientos es relativamente sencillo. Normalmente percibirás una tendencia en ti a orientar el propio foco de atención hacia determinados pensamientos y/o recuerdos que despiertan una respuesta emocional intensa, y con connotaciones negativas. Si este asunto se ha convertido en algo que te provoca ansiedad muy alta, incapacitándote y haciéndote pensar que puedes estar sintiendo depresión acude a un/a psicólogo/a. Lo que yo trabajo como coach con mis clientes/as es la antesala a esa patología (por ejemplo si observas que algo de lo que te voy a contar aquí se está repitiendo y te dificulta tu calidad de vida).
Puntos en común de quienes viven con una constante preocupación:
- Tienes pensamientos repetitivos: Esto son ideas que en tu mente se repiten una y otra vez. Son pensamientos que te cuentas sobre algo que te ha sucedido y que tú estás dándole forma de una manera distorsionada. (Este patrón de pensamiento puede estar construido en base a creencias, experiencias o aprendizajes que hoy por hoy te limitan).
- Este pensamiento suele ser en un tono negativo: Se focaliza la atención en los miedos y preocupaciones, evitando así que encuentres soluciones u oportunidades.
- Aun queriendo solucionarlo, existe una gran falta de acción: A pesar de estar continuamente con el problema presente, no pareces ser capaz de tomar acción para avanzar.
- Se te hace muy difícil poder concentrarte en otras cosas: Debido a ese pensamiento constante se te hace cuesta arriba poder centrarte en otros aspectos que, si bien también son importantes para ti, pasan a un segundo plano en el momento que aparece la rumiación.
¿Por qué te aferras a ese bucle de pensamientos?
El contenido de tu historia no la sé, evidentemente, pero sí que te puedo indicar varios estados que pueden ser motivo por lo que tú puedas estar dándole vueltas a las cosas sin parar.
A parte de los trastornos mentales y emocionales (ansiedad, depresión, etc) que deben ser diagnosticados por profesionales de la salud cualificados, se puede tratar de hábitos mentales. Pensamientos automáticos que se han convertido en parte de tus procesos mentales inconscientes. A su vez, determinados sentimientos que se quedan de alguna manera «cristalizados» y no sabes autoregularte. Por lo que una y otra vez aparecen en forma de bucle de pensamientos sin lograr resolverlo de una manera constructiva y sana para ti.
Por esto es interesante observarse y reflexionar sobré qué nivel hay de pensamientos, cómo son, qué generan en ti y valorar a qué tipo de profesional acudir.
Tres estrategias que te pueden ayudar a alcanzar la tranquilidad mental y salir del bucle de pensamientos
Dejar de darle vueltas a eso que tanto te preocupa no es cosa de un día ni de dos. Todo trabajo de crecimiento personal requiere querer hacerlo, transitar los momentos incómodos y flexibilizar la mente. Puedes comenzar tú solo/a a través de la propia reflexión y de los recursos de apoyo que puedes encontrarte si los buscas. He aquí tres estrategias que pueden ayudarte a alcanzar la tranquilidad mental aunque nunca sustituirán a lo que podrías alcanzar si trabajas con un buen profesional. Te propongo que sigas el orden que te pongo a continuación cuando estés en el bucle con mucha intensidad. Las tres estrategias las puedes practicar también por separado.
REALIZAR ACTIVIDADES QUE TE HAGAN FLUIR
Hacer cosas que suelen meterte en un estado de flow, de estar en quietud porque tu atención está 100% en esa actividad es una buena solución para parar. A mi me pasaba mucho antes de ser consciente de mis automatismos. Cuando sentía que había fallado, no dejaba de pensar que me iban a «reñir», me iban a «señalar» y tenía pensamientos catastrofistas. Podía estar todo el día así. Para desconectarme me sumergía en música y bailaba a tope. Estaba muy bien para «frenar» ese bucle de pensamientos, pero evidentemente si no hubiera «buceado» en mi, hoy seguiría apareciendo con la misma intensidad. Indispensable mirar ahí donde duele para poder sanar.
PRACTICAR LA ATENCIÓN PLENA
La atención es un «superpoder» que se puede ir perfeccionando con el tiempo. Requiere de consistencia y perseverancia. Los beneficios que te trae son autoconocimiento, confianza en tus recursos, y mayor consciencia de ti. Se trata de concentrarse en el momento presente y en los sentidos. Mi experiencia me dice que es reparador. Yo aprendí a fijarme en mi cuerpo y en cómo me sentía y me trajo paz y calma. Cuando te observas y descifras qué sensaciones estás sintiendo, pregúntate cómo estás y qué necesitas en este momento.
APRENDER A REGULARTE EMOCIONALMENTE
No suele ser una asignatura de colegio el tema de las emociones y aunque hoy por hoy es un área en el que se está haciendo mucho hincapié, es cierto que nos falta un buen trecho para ser conscientes de la importancia que tiene saber autogestionarnos. Qué bien sienta cuando puedes volver a tu equilibrio emocional cuando hace un minuto eras un volcán en ebullición.Ya que lo más saludable para tu bienestar es poder volver a tu equilibrio (el que sea) de manera independiente y sin necesidad de apoyos externos.
Puedes empezar por practicar la segunda estrategia, la atención, para luego preguntarte ¿Qué está pasando en mi? Me siento triste, enfadado, atemorizado, etc. luego, desde esa identificación emocional, te planteas ¿Qué necesito?. Tras saber qué necesitas que dependa de ti (no tenemos control sobre los demás) se hace muy interesante encontrar caminos que te ayuden a cubrir tu necesidad de otra manera.
Como he dicho antes, depende del estado en el que te encuentres en relación a este tipo de pensamientos tendrás que acudir a un profesional especializado de la salud. Mientras, si te has sentido identificada con esto que te cuento en el post y quieres ahondar un poco más en esos patrones, te recomiendo que te descargues Atrévete a Cambiarlo Todo: Una Guía para Superar tu Inseguridad que te puede ayudar a chequear cómo es tu movimiento habitual en relación a esos miedos que te llevan a ese diálogo interno que no para.
Te mando un abrazo muy fuerte,
Carmen.
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